martes, 15 de mayo de 2012


Ave María

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres 
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto 
de tu vientre, Jesús. 
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén

Casos extremos

La autoflagelación y la mortificación como formas de expiación del pecado y/o de faltas morales fueron practicas totalmente aceptadas y normales en los siglos pasados dentro de la Fe y las vivencias religiosas de aquellas épocas, es más, muchos de los que hoy llamamos “santos” practicaban habitualmente estos castigos físicos para expiar sus culpas y alinearse con el dolor que sufrió Cristo en la cruz, si bien en la actualidad estas practicas dentro de las congregaciones religiosas ya no son tan usuales, han llegado a ser primordiales y esenciales en lo que se ha venido a denominar “religiosidad popular”.

El dolor autoinfligido por mucho tiempo fue ligado directamente con la liberación del alma, es decir que mediante el sufrimiento físico el individuo podía llegar a expiar todas sus faltas encontrando con ello cierta calma espiritual y moral, ya con el transcurrir del tiempo estas practicas con fines religiosos fueron relegadas a un segundo plano, pero dentro de la fe popular y sus vivencias siguen vigentes y distan mucho de desaparecer.

Actualmente gente se auto flagela en varias momentos religiosos, mayormente cuando se realizan grandes peregrinaciones hacia la basílica de Guadalupe.

Ven a mi

De barro de forme, un corazon te regale, y en la cara la vida te sople
después yo te ame, y al mundo te mande para que tu mismo fueras el amor.
Pero no encontraba a nadie, que te amara como yo, y a tu madre la tarea de amor se le otorgo,
de cuidar a mi amor, a mi rayito de luz, a mi hijo a cuidar.

Y te vi correr, y te vi crecer, y te vi caer y te vi levantandote, levantandote.
Y te volar, y te vi pensat y te vi de mi, alejandote, alejandote.
Luego el mundo te enamoro, y luego te dejo tan solo, no sufras mas hijo ven..
Ven, ven a mi (hoy ven a mi) en mi amor descansaras (descansaras hijo mío)
Ven, ven a mi (hoy ven a mi) en mi amor descansaras (descansaras hijo mío)

Y aunque arrecie la tormente, y aunque sea violento el mar,
 mi amor como la roca nunca se quebrantara
pues mi amor es tan fiel es el amor de Jesus, es el amor de Javhe.


Y te vi correr, y te vi crecer, y te vi caer y te vi levantandote, levantandote.
Y te volar, y te vi pensat y te vi de mi, alejandote, alejandote.
Luego el mundo te enamoro, y luego te dejo tan solo, no sufras mas hijo ven..
Ven, ven a mi (hoy ven a mi) en mi amor descansaras (descansaras hijo mío)
Ven, ven a mi (hoy ven a mi) en mi amor descansaras (descansaras hijo mío)




Los ojos de nuestra Madre


Historia de la veneración hacia Maria




Desde el inicio de la historia de la veneración hacia la Virgen, los cristianos han hecho notar el amor que le tienen a su más grande Santa. Todo comienza en el siglo II cuando se habla de la existencia de la tumba de María, a donde cristianos acuden a orar. Un par de siglos después, la iglesia de Oriente empieza a celebrar fiestas en su honor. En el concilio de Nicea, se establece que se han de exponer santas imágenes de ella en los templos. Más tarde, en el siglo XII, el “Ave María” se convierte en la oración más común a María. En el concilio de Éfeso se le agrega “Santa María, Madre de Dios ruega por nosotros pecadores”; y en 1500 se completa la frase “ahora y en la hora de nuestra muerte”. En menos de dos siglos, fue compuesto el Ángelus y se inicio la práctica del rezo del rosario. Durante los siglos XIX y XX, debido a las diferentes apariciones de María, los cristianos creamos nuevas formas de venerarla, tales como el mes de María, mes del rosario, peregrinaciones, etc. Y recientemente, varios documentos pontificos han impulsado nuestra devoción hacia nuestra Madre.

Maria y Juan Diego

La aparición se inició el 9 de diciembre de 1531 en las cercanías de la Ciudad de México, entonces ciudad capital del imperio Azteca: la Virgen se aparece al indio Juan Diego, y le pide que transmita al obispo del lugar su voluntad de que se construya un templo dedicado a Ella en el cerro Tepeyac. El obispo, al escuchar el relato del indio, le pide una prueba de la Presencia de la Madre de Dios allí. María hace crecer entonces un jardín de rosas en un cerro inhóspito y semidesértico, y se las hace recoger en su tilma (especie de poncho o manta) a Juan Diego. Luego le pide se las presente como prueba de Su Presencia al obispo. Cuando el indio abre su tilma frente al obispo, caen las flores al piso y aparece milagrosamente retratada la imagen de la Virgen María en la rústica tela. El templo dedicado a la Virgen de Guadalupe fue construido en el cerro Tepeyac, lugar de las apariciones, donde se exhibe la tilma original de Juan Diego, impresa con la mundialmente conocida imagen de la Virgen de Guadalupe.

Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe "Patrona de toda América Latina". Pío XI, de "todas las Américas"; Pío XII la llamó "Emperatriz de las Américas"; y Juan XXIII, "La misionera celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas". En la maravillosa gran basílica de Guadalupe, Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990. Además, en sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II visitó el Tepeyac y honró con profundo amor filial a la Virgen de Guadalupe, a quien encomendó el continente Americano y su nueva evangelización. 

Maria y las constelaciones


El Manto de la Virgen de Guadalupe




¿Quieres leer algo que no sólo te sorprenderá sino que te cambiara para siempre? Entonces lee lo que la ciencia ha descubierto en el manto de la Virgen en Guadalupe:


1.Estudios oftalmológicos realizados a los ojos de María han detectado que al acercarles luz, la retina se contrae y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, exactamente como ocurre en un ojo vivo.
2.La temperatura de la fibra de maguey con que está construida la tilma mantiene una temperatura constante de 36.6 grados, la misma que el cuerpo de una persona viva.
3.Uno de los médicos que analizó la tilma colocó su estetoscopio debajo de la cinta que María posee (señal de que está encinta) y escuchó latidos que rítmicamente se repiten a 115 pulsaciones por minuto, igual que un bebé en el vientre materno.
4.No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, a una distancia de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo: los colores desaparecen. Estudios científicos no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida. Los científicos de la NASA afirmaron que el material que origina los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la tierra.
5.Se ha hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo. Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma. ¿Te parece sorprendente? Entonces sorpréndete un poco más con estos otros hallazgos:
6.La fibra de maguey que constituye la tela de la imagen, no puede perdurar más que 20 o 30 años. Hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se
desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi 500 años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. La ciencia no se explica el origen de la incorruptibilidad de la tela.
7.En el año 1791 se vuelca accidentalmente ácido muriático en el lado superior derecho de la tela. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituye milagrosamente el tejido dañado.
8.Las estrellas visibles en el Manto de María reflejan la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro.
9.A inicios del siglo XX, un hombre escondió una bomba de alto poder entre un arreglo floral, el cual colocó a los pies de la tilma. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación.
10.La ciencia descubrió que los ojos de María poseen los tres efectos de refracción de la imagen de un ojo humano.
11.En los ojos de María (de tan sólo 7 y 8 mm) se descubrieron diminutas imágenes humanas, que ningún artista podría pintar. Son dos escenas y las dos se repiten en ambos ojos. La imagen del obispo Zumárraga en los ojos de María fue agrandada mediante tecnología digital, revelando que en sus ojos está retratada la imagen del indio Juan Diego, abriendo su tilma frente al obispo. ¿El tamaño de ésta imagen?. Una cuarta parte de un millonésimo de milímetro.

El corazón de una Madre

El corazón de una Madre no se olvida
de sus hijos ni los deja de amar
El corazón de una madre no vacila
En su entrega ni los quiere abandonar

Coro:


En tu corazón estamos oh María-a
En tu corazón descansa nuestra vi-da
En tu corazón estamos oh María-a
En tu corazón descansa nuestra vi-da


El corazón de una madre no se cansa
aunque el hijo solo le de ingratitud

El corazón de una madre siempre calla
y nos ama en silencio y de verdad

Coro:

El corazón de una madre siempre espera
en silencio a que su hijo le ame mas

El corazón de María nos hospeda`
Para llevarnos hasta su hijo Jesus

El corazón de María nos espera
cuando nuestra vida llegue a su final

Practicas de devocion a la Virgen

Las principales practicas de devocion a la Virgen Maria son:


Oraciones: Rosario, Ave Maria, Oficio Divino, invocaciones, y otros tipos de oraciones.

Signos externos: escapularios, estampas, medallas, templos, ofertorios (veladoras, flores...)

Consagraciones: personales, de la familia, de la poblacio, etc..

Estudios: Congresos, cursos, seminarios, etc..

Celebraciones: fiestas litúrgicas en su honor, peregrinaciones, paraliturgias marianas.

II.ª CATEQUESIS DE JUAN PABLO II
El Magníficat (Lc 1, 46-55)
Cántico de la santísima Virgen María
Queridos hermanos y hermanas:
1. Hemos llegado ya al final del largo itinerario que comenzó, hace exactamente cinco años, en la primavera del año 2001, mi amado predecesor el inolvidable Papa Juan Pablo II. Este gran Papa quiso recorrer en sus catequesis toda la secuencia de los salmos y los cánticos que constituyen el entramado fundamental de oración de la liturgia de las Laudes y las Vísperas.
Al terminar la peregrinación por esos textos, que ha sido como un viaje al jardín florido de la alabanza, la invocación, la oración y la contemplación, hoy reflexionaremos sobre el Cántico con el que se concluye idealmente toda celebración de las Vísperas: el Magníficat (cf. Lc 1,46-55).
Es un canto que revela con acierto la espiritualidad de los anawim bíblicos, es decir, de los fieles que se reconocían «pobres» no sólo por su alejamiento de cualquier tipo de idolatría de la riqueza y del poder, sino también por la profunda humildad de su corazón, rechazando la tentación del orgullo, abierto a la irrupción de la gracia divina salvadora. En efecto, todo el Magníficat, que acabamos de escuchar cantado por el coro de la Capilla Sixtina, está marcado por esta «humildad», en griego tapeinosis, que indica una situación de humildad y pobreza concreta.
2. El primer movimiento del cántico mariano (cf. Lc 1,46-50) es una especie de voz solista que se eleva hacia el cielo para llegar hasta el Señor. Escuchamos precisamente la voz de la Virgen que habla así de su Salvador, que ha hecho obras grandes en su alma y en su cuerpo. En efecto, conviene notar que el cántico está compuesto en primera persona: «Mi alma... Mi espíritu... Mi Salvador... Me felicitarán... Ha hecho obras grandes por mí...». Así pues, el alma de la oración es la celebración de la gracia divina, que ha irrumpido en el corazón y en la existencia de María, convirtiéndola en la Madre del Señor.
La estructura íntima de su canto orante es, por consiguiente, la alabanza, la acción de gracias, la alegría, fruto de la gratitud. Pero este testimonio personal no es solitario e intimista, puramente individualista, porque la Virgen Madre es consciente de que tiene una misión que desempeñar en favor de la humanidad y de que su historia personal se inserta en la historia de la salvación. Así puede decir: «Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación» (v. 50). Con esta alabanza al Señor, la Virgen se hace portavoz de todas las criaturas redimidas, que, en su «fiat» y así en la figura de Jesús nacido de la Virgen, encuentran la misericordia de Dios.
3. En este punto se desarrolla el segundo movimiento poético y espiritual del Magníficat (cf. vv. 51-55). Tiene una índole más coral, como si a la voz de María se uniera la de la comunidad de los fieles que celebran las sorprendentes elecciones de Dios. En el original griego, el evangelio de san Lucas tiene siete verbos en aoristo, que indican otras tantas acciones que el Señor realiza de modo permanente en la historia: «Hace proezas...; dispersa a los soberbios...; derriba del trono a los poderosos...; enaltece a los humildes...; a los hambrientos los colma de bienes...; a los ricos los despide vacíos...; auxilia a Israel».
En estas siete acciones divinas es evidente el «estilo» en el que el Señor de la historia inspira su comportamiento: se pone de parte de los últimos. Su proyecto a menudo está oculto bajo el terreno opaco de las vicisitudes humanas, en las que triunfan «los soberbios, los poderosos y los ricos». Con todo, está previsto que su fuerza secreta se revele al final, para mostrar quiénes son los verdaderos predilectos de Dios: «Los que le temen», fieles a su palabra, «los humildes, los que tienen hambre, Israel su siervo», es decir, la comunidad del pueblo de Dios que, como María, está formada por los que son «pobres», puros y sencillos de corazón. Se trata del «pequeño rebaño», invitado a no temer, porque al Padre le ha complacido darle su reino (cf. Lc 12,32). Así, este cántico nos invita a unirnos a este pequeño rebaño, a ser realmente miembros del pueblo de Dios con pureza y sencillez de corazón, con amor a Dios.
4. Acojamos ahora la invitación que nos dirige san Ambrosio en su comentario al texto del Magníficat. Dice este gran doctor de la Iglesia: «Cada uno debe tener el alma de María para proclamar la grandeza del Señor, cada uno debe tener el espíritu de María para alegrarse en Dios. Aunque, según la carne, sólo hay una madre de Cristo, según la fe todas las almas engendran a Cristo, pues cada una acoge en sí al Verbo de Dios... El alma de María proclama la grandeza del Señor, y su espíritu se alegra en Dios, porque, consagrada con el alma y el espíritu al Padre y al Hijo, adora con devoto afecto a un solo Dios, del que todo proviene, y a un solo Señor, en virtud del cual existen todas las cosas» (Esposizione del Vangelo secondo Luca, 2, 26-27:SAEMO, XI, Milán-Roma 1978, p. 169).
En este estupendo comentario de san Ambrosio sobre el Magníficat siempre me impresionan de modo especial las sorprendentes palabras: «Aunque, según la carne, sólo hay una madre de Cristo, según la fe todas las almas engendran a Cristo, pues cada una acoge en sí al Verbo de Dios». Así el santo doctor, interpretando las palabras de la Virgen misma, nos invita a hacer que el Señor encuentre una morada en nuestra alma y en nuestra vida. No sólo debemos llevarlo en nuestro corazón; también debemos llevarlo al mundo, de forma que también nosotros podamos engendrar a Cristo para nuestros tiempos. Pidamos al Señor que nos ayude a alabarlo con el espíritu y el alma de María, y a llevar de nuevo a Cristo a nuestro mundo.
[Texto de la Audiencia general del Miércoles 15 de febrero de 2006]

Una Oracion de Maria

Magnificat 

El Magníficat es un cántico y una oración cristiana. Proviene del evangelio según San Lucas y reproduce las palabras que, según este evangelista, María, madre de Jesús, dirige a Dios en ocasión de su visita a su prima Isabel.
El nombre de la oración está tomado de la primera frase en latín, que reza: Magnificat anima mea Dominum. Dentro de la Liturgia de las Horas, el «Magníficat» es el canto evangélico empleado en el rezo de las vísperas. Este cántico es hoy uno de los pasajes bíblicos más famosos relacionados con María, madre de Jesús, reconocido en el cristianismo como una síntesis del ideario que ella vivió.

Fiestas Marianas


Las fiestas que celebramos de la Virgen Maria actualmente son:


1ro de Enero: Santa Maria, Madre de Dios


25 de Marzo: La Anunciación 


15 de Agosto: La Asuncion de Maria


8 de Septiembre: Natividad de Maria


8 de Diciembre: Inmaculada Concepcion de la Santisima Virgen


12 de Diciembre: Nuestra Señora de Guadalupe

Maria madre de la Iglesia y de nosotros

Ella una gran ejemplo de amor y de fe, a la que todos debemos seguir y admirar nos lleva a confiar en Dios y aceptar su santa voluntad.
Hoy se cantan himnos y se rezan oraciones a la Virgen Maria aqui pondremos algunos ejemplos:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,

vida dulzura y esperanza nuestra;

Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,

a ti suspiramos, gimiendo y llorando,

en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,

vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,

y después de este destierro,

muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!


"Señora Nuestra Santísima, Madre de Dios, llena de gracia:

Tú eres la gloria de nuestra naturaleza humana,

por donde nos llegan los regalos de Dios.

Eres el ser más poderoso que existe, después de la Santísima Trinidad;

la Mediadora de todos nosotros ante el mediador que es Cristo;

Tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo,

eres la llave que nos abre las puertas del Paraíso;

nuestra Abogada, nuestra Intercesora.

Tú eres la Madre de Aquel que es el ser más misericordioso y más bueno.

Haz que nuestra alma llegue a ser digna de estar un día

a la derecha de tu Único Hijo, Jesucristo. Amén!!"

BAJO TU AMPARO

"Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,

no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,

antes bien, líbranos siempre de todos los peligros,

OH Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar

las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén."

"OH Dios, cuyo unigénito Hijo,

con su vida, muerte y resurrección,

nos alcanzó el premio de la vida eterna:

concédenos, a los que recordamos estos misterios del Santo Rosario,

imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén."

"Por estos misterios santos de que hemos hecho recuerdo,

te pedimos, ¡oh María!, de la Fe santa,

el aumento, la exaltación de la Iglesia;

del Papa el mejor acierto. Que el gentil conozca a Dios.

Que todos los pecadores tengamos arrepentimiento.

Que los enfermos tengan la salud.

Que en el purgatorio logren las ánimas refrigerio.

Y que este santo sacrificio tenga efecto tan completo en toda la cristiandad, que alcancemos por su medio,

el ir a alabar a Dios en tu compañía en el cielo.

Amén."


Dejemos que ese amor por Maria nos lleve a adorarla y a pedirle su santa compañía en todo momento para que sea intercesora y nos lleve a la presencia del Padre.



¿Quien es Maria en la Iglesia?

Sabemos que Maria es un gran ejemplo de vida en nuestra religión católica, en especial para nosotros los mexicanos. Pero, ¿quien es en realidad Maria? Sabemos que es la madre de Jesus, que mantuvo su virginidad y mas que nada estubo libre de pecado toda su vida; pero en la iglesia Maria siguió una historia.
1) Del Evangelio de San Juan al Concilio de Efeso (90 a 431)
Se hace una compracion entre Eva y Maria, de como Eva trajo el pecado y Maria devolvio esa santidad. Tambien se reconoce a Maria como la madre de Dios, y que fue siempre virgen, haciendola santa por ser llena de gracia.
2) Del Concilio de Efeso a la Edad Media
Se comienzan a celebrar fiestas en honor a Maria, se afirma que Diosla santifico desde el principio, que llevo a su hijo, y que es mediadora entre El y los hombres.
3)De la Edad Media al Concilio de Trento (1050 a 1563)
Se le ve a Maria como una nueva luz, que la convierte en la madre de los hombres.
4) del Concilio de Trento a finales del siglo XVIII (1563 a 1800)
se multiplican los testimonios hacia la virgen Maria, es parte de los grandes santos, y es parte esencial de la Iglesia.
5) De 1800 a nuestros días
Se le reconoce como la inmaculada concepcion por S.S. Pio IX, y Maria hoy en la Iglesia es Madre y signo de la Iglesia y de todos nosotros.